(Esta entrada en el Blog es mi personal homenaje a nuestro perro, Casper, un gran MAESTRO de vida y un ejemplo de AMOR, que se marchó de esta tierra 5 días después de escribirla. A ti, mi Casper querido, siempre GRACIAS)
Me llamo Casper.
En una semana cumplo 7 años. Soy un Bichón Maltes blanquito; algunos dicen de mí que soy un auténtico “peluchín”. Me llegaron a confundir con un muñeco, cuando iba dormido en brazos de mi “amita”. ¿Va con pilas?, preguntó una niña con la inocencia de quien ve algo curioso y hermoso para ella.
Cuando tenía dos añitos, me diagnosticaron una Meningitis Bacteriana, algo que venía conmigo, en mi ADN, y que desarrollé mediante una parálisis total de mis cuatro patitas. El susto para mi, y para quienes me quieren y cuidan desde que tenía dos meses, mi familia, fue descomunal. Las citas con el veterinario no eran tarea fácil para ninguno de nosotros porque no hablaban de “esperanza”, y sí de “poca vida” a corto plazo. Vamos, que no daban un duro por mi, ni porque mi pequeño cuerpo pudiera sobrevivir a tal palo de la naturaleza.
Mi familia no se dio por vencida porque sabían que yo quería vivir, y que mi cometido era vivir, y hacerlo de la manera más feliz dentro de la medida de mis posibilidades. ¿Por qué hablaban de un “no vivir” si lo único que mi vida tenía era un cuasi “no movimiento? Yo les miraba asustado cuando hablaban de expectativas, y me tranquilizaba mirar a los míos cuando hablaban de esperanza y fuerza, de coraje y valentía, porque ése soy yo, un cachorrito de apenas 2kg de peso que sabe enfrentarse a la vida para mirar el horizonte que aún me queda por experimentar…
Y así fueron estos años, brote tras brote, susto tras susto, pero porque yo quería, y con la felicidad por delante, el amor de los míos y sus mimos, decidí continuar. Nunca me ha gustado dramatizar en cuanto a mi situación, más bien todo lo contrario, ser realista, poner remedios a mis posibilidades y coraje, mucho coraje a lo que me quedaba por vivir.
A día de hoy, mis patitas se mueven como quieren, pero se mueven, y me siento afortunado por ello, aunque cada una vaya a su ritmo, por libre, y sin ponerse de acuerdo. Desde hace años he escuchado que tengo una Ataxia, algo que me impide moverme como dicen los humanos “correctamente”. Soy “un milagro”, según dicen los veterinarios, y tengo mi propio estilo en la marcha, y doy valor a mis pisadas de manera diferente a la habitual (¿y cuál es la habitual?). Solo os puedo contar que mi marcha está personalizada, y tiene un estilo un tanto peculiar. El caso es que quien se mueve soy yo, y lo hago como puedo y necesito. A veces los “aterrizajes forzosos” dan vidilla a mi cuerpo pues igual que me caigo, me levanto después, y no me planteo más. ¿Para qué hacerlo? Seguro que pondría más triste a los míos si lo hiciera, y verlos mal es lo que a mi me pone peor…Ellos son mi vida, y por quienes vivo…
La verdad es que poco me importa que pongan nombre a mis dolencias, o a mis alteraciones físicas, si de lo que se trata es de vivir. También he oído que mi proceso físico evoluciona a través de “brotes” producidos por la meningitis, pero intento no darle demasiado importancia a algo que quiere jugar conmigo a un juego que no me gusta, cuando lo que hago es aceptar lo que tengo y seguir “p´lante”, como me dice “mi mamá humana”.
Os cuento que vivo en un hogar donde hay calorcito, me quieren, me cuidan, tengo pan rico (me vuelve loco este alimento). El pienso ya no me gusta, dicen que es que no lo digiero bien, por eso me hacen una comida especial que me sienta de maravilla y puedo comer bien: pollo o pavo, con zanahoria. También me chifla la manzana, el tomate, los espárragos y la naranja, en realidad toda la fruta, menos la dulce, que no me la dan porque tiene demasiado azúcar. Estoy en sus manos, pero en sus manos estoy bien…
Vivo con mis papás humanos, una pareja que me quiere, y a quienes yo he enseñado a quererme y protegerme; según he escuchado, creo que les doy vida y soy su alegría. Me desvivo por ellos, y los adoro. Ya sé porqué aterricé en esta familia, nos íbamos a querer por ambas partes.
Al principio de llegar conviví con mis “dos hermanos humanos”, Alvaro y Jose. Jugábamos juntos y lo pasábamos muy bien, pero, como hacen todos los humanos, crecieron y decidieron “abandonar el hogar”; dicen que son cosas de mayores, y de procesos naturales de vida, y lo hicieron porque se enamoraron de Sara y Mel, y buscaron otros hogares donde ser igual de felices…Y como ellos sabían lo que era sentir el amor de un perro, y que un perro llenara de vida un hogar, adoptaron a Coco y a Bea. Lo que fue un acto de amor se convirtió en una vida llena de amor para ellos cuatro.
Yo no puedo estar mucho con mi familia perruna porque son más grandes que yo, más juguetones, y yo no sé andar por donde andan ellos. Soy miedoso, gruñón (este calificativo lo utilizo así pero en el fondo es una manera de defender mi territorio. Un gruñidito a tiempo me da seguridad y me hago notar). Me gusta estar con ellos, pero me siento inseguro frente a sus monumentales cuerpos. Imagino que me entenderéis…Me gusta que a la familia se hayan unidos dos de los míos, y que lo hayan hecho por la puerta grande, como debe ser, como hicieron conmigo cuando llegué a mi casa por primera vez.
Tengo cuatro abuelos humanos que me adoran y miman. Siempre les he querido y he hecho que se sintieran contentos conmigo. En la familia hay ti@s a los que quiero y hago felices, también sobrin@s y prim@s, y ¡hasta una madrina! (me llama “ahijado”, y sé que eso me gusta porque me achucha continuamente). Hay amigos de la familia que me han hecho ser uno más para ellos, y eso lo agradezco con carantoñas cuando llegan a casa.
Sé lo que es ganar batallas que llegan sin esperarlas, sé lo que es continuar, sé lo que es no hacer planes de futuro porque el futuro es incierto, y por eso, en mi familia, vivimos el día a día, con un presente que en ocasiones es algo complicado…Pero no me doy por vencido, ni ellos tampoco. No bajamos la guardia, ¿para qué hacerlo?. Tengo el apoyo que necesito y la fuerza interna que es necesaria para confiar en que puedo, y no solo eso, para saber que quiero seguir estando con los míos…Ellos lo saben, y me dan la libertad para elegir siempre lo que necesito a cada paso, con su ayuda incondicional.
La verdad es que llega un momento en que no te planteas mucho más, porque es innesario y es una pérdida de tiempo.
Las visitas al veterinario durante estos casi 5 años se fueron espaciando. No había nada nuevo que nos pudieran decirnos, y solo yo y mis papas humanos decidimos vivir el día a día.
El futuro me esperó y me dejó vivir.
Ahora soy un gran afortunado, y lo tengo que ver desde ese prisma porque así lo elegimos en casa. El día de Nochebuena llegó un nuevo brote, y, en cuestión de horas, se me fue completamente la visión. Llegó la oscuridad dentro de mi mirada, y tuve, de nuevo, que adaptarme a este nuevo palo. No contábamos con ello.
Y como no me gusta solo contaros lo que es menos bonito, os contaré que sigo luchando, que me están haciendo acupuntura una veterinaria que sabe qué hacer para que yo esté mejor y más tranquilo, para evitar que un nuevo brote nos asuste. He pasado de ver, a ¡oler!, y gracias a mi olfato he encontrado los espacios de mi hogar, los que antes recorría con los ojos cerrados, de pé a pá.
Ahora voy despacito, mi hocico se topa con algún mueble, y me doy un real susto, pero, como siempre, caigo y levanto como un campeón, como me llama mi familia. Dicen de mi que soy muy grande, aunque sea muy chiquitin. Explorar es una aventura, y con ella voy mirando, viendo, olfateando los rincones de cada estancia. ¿Quién dijo miedo? ¿Quién dijo que solo se puede ver el mundo exterior con los ojos de la cara y no con los de los demás sentidos?…
No me doy por vencido. Me gusta el pan, me gusta el agua, me gusta mi gente, me gusta lo que cada día llega de bonito a mi vida…Me gusta vivir bajo la tierna mirada de los míos, sabiendo que les alegro con solo mirarme, pero sé que son ellos los que ahora se tienen que adaptar ahora a mi, los que tienen que superar este nuevo paso en mi camino, porque yo ya lo estoy haciendo minuto a minuto…Me encanta dormir, y ahora duermo tranquilo, y sueño que soy un afortunado por estar vivo, de estar con mi familia, por seguir soñando, y por mirar hacia el futuro…
Os lo recomiendo…Asustarse es detenernos y no hay tiempo que perder en ello.
Que nada ni nadie os robe un sueño, os corte un ala para volar y rompa la vida…
Detrás de una caída hay una nueva superación, una mirada al horizonte que nos permite confiar.
Una enfermedad no siempre trae consecuencias dolorosas para quien la vive en sus propias carnes, y para quien acompaña, también trae consigo un aprendizaje de vida, aferrarse a lo que tu voluntad decida, a lo que hace que tu valentía se muestre en cada momento, y a lo que hace que tu felicidad sea tu propia seguridad.
Ánimo a quienes estáis pasando por pruebas difíciles. Yo soy uno de ellos, y, aunque sea un perrete, sea chiquitín, no pueda ver, y apenas andar, ¡me gusta mi vida! Es lo más hermoso que tengo, y viviré para mantenerla. Me dan amor, y yo se lo doy a cambio a raudales…¿Qué más podemos pedir?
Os deseo Feliz Año, y ¡mucha felicidad!…No dejéis de mirar hacia fuera, desde dentro…Veréis mejor. Es una mirada…especial.
Firmado.
Casper (como el fantasma)
Qué puedo decir. Casper es grande, luchador…….. lo defines perfectamente y el mensaje que transmites tendríamos que hacerlo propio en todos los aspectos de nuestra vida. No es cuantas veces nos caemos si no las que nos levantamos y seguimos andando…. y corriendo. Casper es un ejemplo de vida…. Si aprendiéramos la mitad de los que los animales no enseñan…….
Pura expresión de amor . Emociona leer tu historia Casper, eres valiente, tierno, amoroso y todo un campeón que transmite mucho cariño.
Te quiero pequeño .
(Gracias Pilo por tan preciosa descripción y por hacernosla llegar )
Me fascina pura superacion.
recomiendo…Asustarse es detenernos y no hay tiempo que perder en ello.
Que nada ni nadie os robe un sueño, os corte un ala para volar y rompa la vida…
Detrás de una caída hay una nueva superación, una mirada al horizonte que nos permite confiar.
Estas frases son increibles. Felicitaciones
Me impresiona y emociona la historia de Casper porque creo que puedo verlo desde los ojos del dolor y también del cariño, por eso creo que es una lección de amor para todos los humanos, que a veces se nos olvida aprender de cada paso por pequeño que sea. Yo le deseo todo lo maravilloso que se puede sentir en esta vida, como es el calor de la fabulosa familia en la que convive y la, que le hará feliz de cualquier manera. Un abrazo sanador por nuestra parte que conocemos lo bonito que puede ser tener una criatura tan encantadora como Casper en su casa.
Sin palabras !!!Eres un amor Casper !!un encanto de peluche !eres muy muy valiente i un campeón ,un gran luchador !! Es puro verdad todo lo que has escrito Pilar !! Le quieres y lo cuidas ,como si fuera tus proprios niños !,Casper es un peluche muy queridos de todos ! Es muy gracioso y muy muy hermoso ,Te quiero Casper !! Eres un gran campeón !!😘😘😘
Ya poco queda por decir…
Un relato emocionante, lo has descrito tan bien que podemos sentir a través de tus palabras lo que siente Casper,
Se me ha nublado la vista de la emoción….
Un fuerte abrazo a Casper….aunque igual le va de bien, el nombre de Campeón y a seguir p’alante, porque vosotros le dais la fuerza que necesita con vuestro amor. Y otro grande para vosotros, mucho ánimo y mucha fuerza, sé que la tenéis…para seguir luchando junto a él. 😘😘😘
No tengo palabras, fiel amigo, reflejo de circunstancias que vivimos en el dia dia. Eres un campeon y un valiente, muchas gracias a Pilo por compartir con nosotros y mucho animo y fuerza para ti, querido Casper.
Dice Casper (cuando lo que hago es aceptar lo que tengo y seguir “p´lante) todos los humanos, ante las adversidades no nos que seguir con la VIDA! p’alante, para poder afrontar el día a día.
Querida Pilar delicioso relato, lleno de ternura y amor, mil abrazos por tus palabras, entran directas al corazón. No son palabras, sí susurros! Felicidades!
Buen año 2020
Josep