Hay una realidad que pudiéramos encontrar casi a diario, que nos provoca un malestar generalizado, sensaciones que afectan al cuerpo y a la mente, que nos llega a través de comportamientos negativos de amistades, de personas de la familia, de gente que encontramos en la vida cotidiana, en el trabajo, personas que invaden nuestro espacio vital, algo que no buscamos pero que permitimos, ya sea por miedo, por desidia, por costumbre, por rutina, por torpeza, y que hacen que nosotros también respondamos de una manera que no quisiéramos. ¿Cuál es el resultado de todo esto?, un desgaste evidente. No cuidamos nuestra posición interior, no somos capaces de ver, a quien hiere y molesta, como “persona que está fuera de nuestro propio refugio”.
¡Ya es difícil vivir nuestra vida como para estar pendiente de vidas ajenas que no nos benefician!. Cada uno a lo suyo, por el bien de todos.
Cuántas veces nos hemos planteado: “estoy, sin estar”, porque algo negativo nos ha pasado. Cuántas veces queremos estar bien y, por el contrario, experimentamos un malestar que nos invade …
Podemos estar tranquilos, y vivir una verdadera marejada por lo que nos llega de fuera. Queremos mantener nuestra calma, y a nuestro alrededor experimentar un Tsunami que nos inunda y nos ahoga, que nos hace salir corriendo hacia ninguna parte…
“Hoy estoy bien, pero…¡ahora estoy mal! ¡Qué me pasa, no lo entiendo!”
Ojo, pon atención y cuida tu interior, es lo que te va a dar la serenidad que necesitas.
Seguro que a más de uno le ha pasado, y no lo hemos podido controlar porque no sabemos cuál es su origen, hasta que nos damos de narices con él. Y es doloroso.
No nos dejemos invadir por quien no merece estar cerca de nosotros. No dejemos que gestos desagradables nos borren sonrisas y saquen una amargura que no va con nosotros. Que nada ni nadie amargue tú día, y sonríete dentro, para ti.
No es justo cuando moderas tu propio bienestar, a conciencia, que una mala cara, un mal gesto, o una mala palabra de alguien que se pone frente a ti, arruine tu día, y horas venideras.
Respirar, mirar hacia otro lado, mirar hacia dentro de uno para apaciguar los ánimos, ayudará a encontrarnos bien.
Busquemos mares tranquilos y evitemos maremotos que no tienen que ver con nuestro rumbo, y liberemos la angustia que esto nos pueda ocasionar, y más si buscamos estar en paz.
Ante este sinsabor, nos preguntamos:
“No sé qué me pasa, hoy me sentía, bien y de pronto me entraron unos nervios que no van conmigo”
“Me doy cuenta de cómo me siento ante una simple mirada que me bloquea, un lenguaje que no entiendo, una postura de alguien que me daña.”
“En el fondo no es lo que tú hagas, sino cómo me siento cuando haces lo que no concibo”.
“No me gusta la energía que genero cuando estoy con una persona que no me beneficia”.
“No es lo que alguien me provoca, es lo que interiorizo como negativo”.
Dañar no lleva a ninguna parte.
Decidamos lo que es bueno para nosotros.
Aprender a poner barreras es necesario cuando nos sentimos invadidos por comportamientos tóxicos, ajenos a nosotros.
Alejarnos desde dentro, de quienes alteran nuestra energía, es una forma de liberación.
Encontrar bienestar en nuestro interior, aunque las aguas de fuera sean turbulentas.
Trabajar nuestra paciencia y serenidad, si es que debemos seguir viendo a quien nos gustaría mantener alejado.
Todo está en nosotros, en lo que permitamos, en lo que sintamos, en lo que vivamos. Nuestro flotador será la gestión de lo que nos llega de fuera para que no altere lo que hemos trabajado a conciencia en nuestro interior.
Maravilloso, Pilo, todo lo que dices y como lo haces, me parece envidiable, tienes un don, ya te lo dije, no se si es tu sensibilidad , tu armonía, todo lo que transmites es positivo, me gustaría copiar todas estas virtudes que yo no tengo