Enfermedad

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Enfermedad…

¿Cuál es la enfermedad que acompaña al cuerpo? ¿A qué nos enfrentamos?

Una o varias patologías que limitan, que surgen, que pretenden enseñarnos «algo», que están por algo y para algo, aunque no acertemos a comprender, que no nos gustan, que asustan, que rechazamos, que son enfermedades que duelen, calmantes que han de apaciguar las señales que aparecen, cuidados internos para un cuerpo que se siente indefenso. Cuando esto nos ocurre, es bueno acompañarse de quien ayuda, de quien nos tiende una mano amiga, un abrazo que cura, que reconforta, que calma y entiende, palabras que saben qué decir, en qué momento hablar, que escuchan al que duele el dolor.

No nos gustan las enfermedades, ¡lógicamente!, las rechazamos, y/o, -sin remedio-, aceptamos, pero por que no queda otra. Enfermedades con nombre, o sin identificar, síntomas que tal vez no se pueden encasillar, que están fuera de lo normal, sin saber qué es lo «normal».

¿Qué nos duele? ¿Más el cuerpo, o el alma, un corazón indefenso o una piel que se estremece frente a la limitación, a la irritación?.

Acompañan solitarios pensamientos que huyen de ser compartidos porque, en realidad, no se sabe qué pensar, qué sentir o qué notar; percepciones únicas que experimenta cada cuerpo.

A lo largo del día, de los meses, de los años, se hacen análisis propios de nuestras sensaciones, de nuestras negaciones y miedos, de la inseguridad del no saber más de lo que nos van contando los médicos, los profesionales sanitarios  y que poco queremos entender o o contrario, todo saber, depende de lo que elijamos entender o saber, de idas y venidas por un esqueleto indefenso al que ayudamos a caminar cuando nos deja, cuando la mente se prepara para activar ese cuerpo.

Hay enfermedades familiares, las que hemos escuchado alguna vez entre personas cercanas, y otras muchas que se consideran «raras», muchas de ellas que están en proceso de  una investigación eterna, de las que se conoce «algo», poco o nada, pero de las que queremos conocer la raíz que las hace crecer. Con la enfermedad es común escuchar acepciones como salud y bienestar, equilibrio, miedos e incertidumbre, es decir, el conjunto de calificativo que intentamos manejar, que no controlamos, con las que acariciamos nuestras sonrisas para sentirnos mejor, para ver que los nuestros se sienten mejor, o aquellos a los que sin conocer le deseamos lo mejor… Enfermedad y  el adjetivo»mejor» sería un objetivo a conseguir, una meta simbólica que engloba sueños…Algunos se consiguen hacer realidad, otros se intentan suavizar.

«Hoy estamos pasables, evito pensar en mañana por la mañana, por la tarde o por la noche.»

De lo que se trata, creo, es de vivir el momento que nos da calma, cierto sosiego, o algo de tranquilidad. La fortaleza es la que dentro de nosotros nos hace vivir un aire especial que sale a través de miradas, esbozos de sonrisas y piel con piel, de vida en sí. Aprovechemos este momento que es tan nuestro y de quien está a nuestro lado. La enfermedad es de todos, no solo la vive quien la padece…Intentemos hablar y dialogar, entremos en un entendimiento con nuestro personal entendimiento, aunque no entendamos ni sepamos qué decirnos, porque hablar desde dentro es comprender lo que está pegado a la enfermedad: la realidad. La fragilidad no es síntoma de una enfermedad, es la voz que advierte que algo no nos va demasiado bien.

Démonos tiempo, el que tengamos o el que aspiremos a conservar, porque nuestra vida es el minutero de nuestras necesidades, de nuestra voluntad, de nuestra fuerza y capacidad, el de sentirnos como queramos, como podamos, según los síntomas de enfermedad que nos acompañen. El apoyo, la suave lógica  y el cariño son la mejor de las medicinas para sentirnos mejor, o  medianamente mejor.

¿Lo intentamos?

Para ti, lector, mi respeto.

Pilar Cruz Gonzalez

Acerca de Pilo Cruz

No me gusta complicar lo que considero sencillo. Estoy en perpétuo estado de aprendizaje. Aún tengo muchos sueños por cumplir, y disfruto de los que ya soñé cuando anduve despierta. Aprendo cada día mirando a los ojos de quien me mira, escuchando palabras no habladas por mi, y sintiendo el sentir de los demás. Soy un aprendiz de la vida...

2 pensamientos en “Enfermedad

  1. Toñi

    Muchas gracias Pilo.Siempre aprendiendo de tí.
    De tu dulzura y sabiduría.
    Gracias por estar en nuestras vidas.
    Me reconfortan tus palabras🧘🧘

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  2. Lola

    Muchas gracias amiga. Tu nos enseñas una verdad y los sentimientos que la acompañan. Gracias por ayudarnos a comprender y a aceptar .

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