Música para un teclado…

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Hoy me siento “espesa”…Lo he decidido así…¿Para qué buscar otras opciones?

Se amontonan pensamientos sin palabras. No hay números que contar. Tampoco letras que repetir…

Le dedico este espacio “vacante” a un reposo que llama a gritos tranquilidad.

Siento el pensamiento con un grosor de pesada carga.

Hoy mi cabeza decide dar respiro a la cabalgadura de la escritura…

Todos “tenemos días”…Días en que “sí”, aceptamos, y…otros en que “no” se admiten diálogos (ni los que vienen de fuera, ni los que se escuchan de dentro); el cartel de reclamaciones se ha dado la vuelta haciendo gala de unas merecidas “vacances”…La azotea de mi mente necesita un poco de aire fresco. Cortar la rutina con las tijeras del desapego…

Hoy acumulo causas inquietas…Por eso busco un remanso de paz donde esconderme, en el cobijo del jardín de mis anhelos..…

Hoy reciclo sentimientos guardados en la retina de mi vida…

No escriben líneas…

Se tapan en el cobijo de un parco silencio.

Los callo.

Los protejo para mi, sin dejar que nadie los vea…

Ellos observan, acariciando mi sien. Callan…

Necesitamos de ésta complicidad que se torna eterna.

No es efímero mi sentir…

Hoy elijo éste momento para mi.

Mañana será otro día…

Entonces, las emociones tocarán el cielo de ésas ilusiones que siguen creyendo en el “mañana”.

Tal vez, así, podré escribir cientos de páginas que bucean en un mar completamente blanco…Navegaré en mi mundo de percepciones…

Cien palabras de esperanzas cantarán para sonar en el teclado de la vida…

 

La magia está en lo que piensas, en lo que eres capaz de expresar bajo la atenta mirada de un una hoja, un teclado…Su complicidad se torna en la música que precisa escuchar tu corazón…

Hay días mágicos…otros sombríos…En todos ellos surgen teclas a la espera de saber qué dices, qué sientes,  o qué pretendes guardar…

 

 

 

 

Pilar Cruz Gonzalez

Acerca de Pilo Cruz

No me gusta complicar lo que considero sencillo. Estoy en perpétuo estado de aprendizaje. Aún tengo muchos sueños por cumplir, y disfruto de los que ya soñé cuando anduve despierta. Aprendo cada día mirando a los ojos de quien me mira, escuchando palabras no habladas por mi, y sintiendo el sentir de los demás. Soy un aprendiz de la vida...

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