¿Cómo escribir a la risa si las lágrimas dictan con tinta el dolorido cansancio?
¿Cómo animar a los demás cuando mi ánimo cae ligero al suelo?
¿Cómo ver la luz del sol si cubren mis días cientos de nubes?
La libertad de guiarme de mis sensaciones aligera la conciencia de cualquier cuita.
Hay momentos agradables para compartir, proclives a las alegrías.
Algunos de confidencias y diálogos…
Los hay que se acaban con el anuncio del olvido. Recurren al monólogo para pensar.
Hay unos momentos que se atrapan en el suspiro de un instante.
Otros que se abandonan en el silencio de la voz interior.
Los hay suficientes; prefiero guardarlos para mi, en la soledad que acompaña mis reflexiones.
No estoy recubierto con la fibra del poder absoluto.
Por ello remiendo los retales del tiempo con mis intenciones.
Suelo doblar los sobrantes cuando siento que tengo poco que hacer.
Solo me cobija la piel de la sensibilidad, quien me aporta un extra de calidez.
Convivo con días altos que suben hasta el techo de mi coraje…
Y soy testigo de esos días bajos de mirada vencida.
Elegir una medida que apacigüe la sed de la tranquilidad es el camino para hallar el equilibro…
Muy bonito Pilo 😉
HOLA PILO; QUE BIEN ESCRIBES; HAY DÍAS QUE EL ANIMO ESTA POR LOS SUELOS Y OTROS DÍAS QUE TE SIENTES BIEN; YO HOY ME SIENTO MUY BIEN HA SIDO UN DIA ESPECIAL PARA MI;
GRACIAS PILO POR COMPARTIR CON TODOS: UN FUERTE ABRAZO !!!
Bellisimooo amiga mìaaaa
Hola Pio,
me ha gustado mucho leerte y me gustaría grabarte y darte a conocer en mi blog. Me lo permites?
Un abrazo.