
(Dedicado a Juan)
El Faro es la luz que ilumina una oscuridad cuando la vida, las ilusiones, el amor y la esperanza han apagado su albor.
El Faro puede camuflarse bajo la forma de una flor, un aroma, una evocación. Es la sombra amiga que acompaña nuestros pasos, la que permanece cerca silenciosamente, la que con su sola presencia comunica claros sentimientos: la voz interna.
El Faro de quien soñando busca la luz de los sueños, ilusiones necesarias aún por cumplir; el foco al que mirar para alcanzar lo imposible o amarrar lo tangible…
El Faro de los recuerdos anclados en nuestro corazón, aquellos que encienden las esperanzas y otorgan aliento para mantener enérgica la llama de la vida.
El Faro que encontramos en una mirada, en una sonrisa o una lágrima; es el destello oportuno cuando apenas percibimos nada…
El Faro de las palabras: una danza de emociones que escrita con la tinta de la imaginación invita a pensar…
El Faro del amor, de la sinceridad, de la comprensión y complicidad. Quien tiene la suerte de acercarse al cariño sincero, le es fácil comprender cuál es el autentico Faro que seguir…
La vida, en sí, es un Faro que se asoma por el balcón de nuestros espacios oscuros para enfocar lo que obviamos ver o sentir.
El Faro del espejo de la conciencia: reflejarse en él nos aproxima a la realidad.
Un Faro puede vislumbrarse entre las líneas que escriben los sentimientos. La ausencia de emociones es un barco a la deriva que mitiga la luz de ese Faro que avisa de que algo no va bien.
El Faro de la confianza es el rumbo seguro a seguir cuando las dudas y las dificultades nos hacen perderlo.
Si buceamos en profundidad por nuestro interior, encontraremos el Faro del Alma, el Faro que ilumina nuestro corazón, quien habla con latidos acelerados si surge el miedo o la inestabilidad, quien comunica si amamos demasiado, o cuando nos hemos olvidado de amar.
El corazón, disfrazado con la máscara del odio y del rencor es un Faro apagado
Un Faro vivo mostrará luz cuando se hable de verdades, de realidades. Un Faro extinguido indica que la vida se ha dormido en sueños perdidos.
Mientras vivamos habrá un Faro al que seguir, una luz que buscar. Mientras nuestras ilusiones vuelen con la libertad del soñar ese Faro iluminará la esperanza de seguir volando, de continuar viviendo.
Mirando hacia el exterior, con los ojos de la confianza, o acercando la mirada hacia nuestra fuerza interna, seremos poseedores de la verdadera luz del Faro del Alba, la luz que ilumina el Alma.
Cuando amanezcan nuestros sueños, al Alba, despertará el Faro de la luz de la vida.
Que bien¡¡¡¡ Poco a poco irá dando su luz de Faro
(J.A.C.G)
Una vez mi hermano Juan me habló de la luz del alba, la luz del faro, y quise escribir sobre ello. Todo tiene su momento y fue este blog quien me animó a escribirlo. Se lo dedico exclusivamente a él, porque él también es el FARO de muchos que andan a oscuras por la vida, que buscan luz en sus palabras, en sus consejos. Gracias Juan, en nombre de quienes conocemos la luz que surge de tu interior.
Ohhh Pilo GRACIAS¡¡¡¡… claro que si es el faro que cada momento del dia la VIDA lo va creando y presiento que pronto estara preparado para encenderse y dar su LUZ, sueño que iluminará las noches oscuras, las de tormentas y porque no tambien en las estrelladas a nosotros y a quienes necesiten su luz para arribar a puerto, disfrutar y vivir el sueño que da sentido a la vida.