Si al subir una cuesta, con lógico esfuerzo y cansancio, observamos cómo avanzan nuestros pies, y evitamos mirar hacia el recorrido que aún nos queda por avanzar, llegaremos a nuestro objetivo con seguridad y con una fuerza necesaria para seguir caminando.
Si en la vida vivimos el presente, sin otear demasiado el horizonte del futuro, ajustándonos al “aquí y ahora” para llegar a la meta con certeza, sabremos bien lo que estamos viviendo, los rastros que dejan nuestros pies y lo que sentimos a cada paso, ocupando con motivada esperanza la espera que tiempos futuros traerán”.
Cuando llegue nuestro futuro, para cada uno de nosotros, lo viviremos como presente, y más allá seguirá existiendo «otro» futuro al que también esperar. Nuestro presente de ahora lo dejaremos guardado en un cajón del pasado. Abrirlo dependerá de cómo usar la llave de nuestra propia decisión. Vivamos “ahora” para poder vivir “luego”…Aprovechemos cada segundo para no tener que almacenarlo como simple “pasajero” de tiempos pasados y pisemos el suelo de la vida con fuerza y valentía.
Muy interesante y totalmente de acuerdo contigo.
Un placer