Solo pretendo dormir tranquilo. Mecido en sabanas de sueños dormidos. No quiero que el sonido de mi conciencia despierte mi cansancio. Percibo su sombra en la ventana de una estrella, aquélla que se esconde en la orilla donde descansa el silencio. No persigo escuchar embriagadores sonidos que envuelvan el halo de mi noche. Sé que el cántico de la «nada» ha de ocupar mi mente. Y estoy tranquilo. Necesito el calor de una mudez sentida; quizá se apodere de mí la única compañía de un pensamiento amigo…
La noche es cómplice de mis desvelos. La luna adormece los párpados de mis palabras silentes. No hay ruidos. Solo mi respiración está despierta esperando el retorno de algún sueño perdido.
Buenas noches, y felices sueños…
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ei! Pilo que bonito!!!
no podía dormir y recibí el regalo de tus reconfortantes palabras, gracias por haberte conocido ¡¡¡Buenos días en tu dulce despertar!!!