En el espacio de Aura todas las estrellas tenían un nombre.
Algunas estrellas decidieron borrarse frente a su indiferencia.
Otras, crédulas de su amor, se mantuvieron incandescentes, con una luz eterna…
Aura supo buscar un lugar para cada una de ellas, en el hueco de su gélido corazón…
Aprendió a reconocerlas, a mirarlas, a atenderlas…
Comenzó a amarlas, cesando sus miedos por acercarse a su fulgor y quemar algún sentimiento olvidado…
Rebuscaba en el tiempo lo que en su cielo no hallaba…
Aura supo crear un techo de estrellas en su ilusión…