En el paseo diario por el camino de la imaginación, intuyo que el sueño es la quimera de lo eterno…
Se convierte en una cometa que me invita a volar por los instantes que añoro…
Mientras paseo, acuno el sueño en la mecedora de mis anhelos…
Es un ángel quien me ayuda a suavizar los recuerdos…, quien empuja la espalda de mi añoranza…
Y duermo, aun despierta, al tiempo que engarzo la vida bajo el sueño de la realidad…
En el calor de una noche iluminada, busco un sueño…
Ahora me espera el dulce despertar de un nuevo día.
Después, volveré a soñar…
Paseando por el sendero del arco iris de mis quimeras…