Emoción…
¿Cómo acariciar la piel de tus sensaciones…?
¿Será eterno el deseo de rozarte, de acercarme a ti?
Te siento latir con fuerza en mi respiración,
ahogándose el aire cuando aceleras mi corazón.
Me desconcierta el camino que eliges para llegar a mi.
Conoces bien el camino que lleva a mis sensaciones…
Me inquietas cuando tu presencia se me antoja esquiva.
Dime, emoción…¿dónde elaboras el aroma de tu pureza?
Deambulas a tu antojo por el sendero de mi razón,
haciéndose indecisos tus pasos frente a mis dudas.
No sé si hoy quiero sentirte con la firmeza del amor,
o es el miedo quien defiende la coraza de mi calidez.
Me pregunto si tienes el rumbo asegurado cuando no hay suelo firme que sustente el peso de tu seguridad…
No soy faro luminoso cuando mi corazón está apagado,
cuando se oscurece tu visión y la mía está nublada.
Te alejas solitaria si tu aterrizaje en la pista de un sentimiento fallara…
No te inquietes, estate tranquila, emoción;
debes saber que te espero con el anhelo de la clara paciencia…
No pienso en ti sin conciencia, ni tampoco con rapidez.
Voy sin prisas para cobijarte. ¿No eres tú quien vino a buscarme?
¿Es la cordura de mi pensamiento el armazón donde cobijarte quisieras?.
Solo la espera de mi escucha interna es para ti…También mi sinceridad.
A una emoción se la colorea con trazos de comprensión para acercarse a ella…
Pero son las prisas quienes embadurnan su tiempo de espera…
Muchas veces es el amor quien llama su atención y apacigua su distracción.