Para conocer su historia ínter náutica nos remontamos a una fecha inolvidable: su cumpleaños. Por aquél entonces, María Amelia cumplía 95 años, y su nieto, para celebrarlo, le regaló algo especial que seguro que a nadie se le habría ocurrido antes: un “blog”. A esa edad, en la que la normalidad es “dejar pasar el tiempo”, ella lo aprovechaba acercándose a una ventana del mundo, por la que veía aquello que su visión no le permitía otear, con los prismáticos de la pantalla de un ordenador y el teclado de su ávido pensamiento.
Maria Amelia, o la “abuela bloguera”, como así la conocíamos quienes compartíamos su blog, disponía de una maravillosa fuerza vital que mostraba, con sus “entradas” en dicho espacio abierto a la sinceridad del pensamiento, para deleite de quienes la leíamos. Yo la descubrí al tiempo que creaba mi propio blog, en el que ahora escribo estas palabras dedicadas exclusivamente a su recuerdo y al de quienes la seguían.
Yo también tuve una abuela, y, pensando en ella, valoré la hermosa dádiva que su nieto le concedió. Quizá algunos, al conocer la noticia de este gesto lo consideraron un regalo banal, inservible –como si regalar un blog a una persona de su edad, que se suponía ya tenía todo hecho, todo andado y todo visto, y que en teoría no lo usaría, era perder el tiempo-, y, sin embargo, para ella fue sin duda un regalo caído del cielo, un detalle que logró dar más vida a la que aún le quedaba por vivir. Se “enganchó” a su blog para apaciguar sus momentos de soledad, y asomarse por la puerta abierta de un mundo virtual dispuesto para ella, recibiendo de él un aire fresco que le llenaba de vitalidad, de alegrías y gratas sorpresas, desconociendo por su parte que ella también sería motivo de infinitas alegrías y ejemplos para quienes se conectaban a diario a su historia a través de “un simple” e inigualable blog. Una abuela moderna, modelo para muchos de nuestros abuelos, que ven en el ordenador, y su manejo, trazas misteriosas de las que es recomendable alejarse.
Ella lo disfrutó al máximo, al igual que lo hizo su nieto viendo cómo la abuela Maria Amelia, un poco la abuela de muchos, se sentía dichosa, como muy bien ella comentó en alguna ocasión: “Este blog es mi locura. Me hace feliz”.
Ahora Mari Amelia no necesitará de un ordenador para llegar a otros mundos, porque con su alma viaja por cada uno de ellos expresando su mensaje de vida, aquél que nos dejó en ése blog lleno de magia, de amor, de alegría y consejos para llegar al final de una vida repleta de ilusiones.
Desde donde esté, que seguro será un lugar hermoso en donde recostar su alma, le mandamos todo nuestro cariño y admiración. Y a su nieto, quien ideó ése regalo tan excepcional, le brindamos nuestro apoyo, gratitud y afecto. Él logró que su abuela se despidiera de este mundo habiendo volado por el ciberespacio de una manera saludable, dulce y tierna, y con el corazón repleto de amor.
Siempre me sorprende tu bonita forma de escribir y tu especial sensibilidad.
Gracias por tu intervención en nuestra Asociación y la participación en facebook ela andalucia
Para quien no lo conozcáis, os dejo el enlace del blog de Amelia.
http://amis95.blogspot.com/
Un abrazo.