El tiempo se desliza a galope, a lomos de nuestras actos. Su antojo es delirio para quienes le seguimos con anhelo, para quienes le advertimos desde la cercana expectación. Su caudal de dadivosidad creemos inagotable, pero su minutero, como reloj vital que es, nos ofrece a cuentagotas el suspiro de la eternidad…
Las horas marcan el sonido de nuestras pisadas, las que rozan los minutos con la precaución de quien ha de disponer de ellos para cumplimentar su existencia. Arrancamos segundos de un instante cuando tenemos prisa, y los aletargamos cuando el tiempo de espera es riguroso…
El tiempo, si ha de limitar la esfera de los sentimientos, pudiera ser perenne pero, a cambio, se nos antoja efímero, vivaz y escurridizo. Nos deja gozar un sentimiento como si fuera un soplo raudo o, por su contra, suele ser gentil al prolongar “un recuerdo”, si necesitamos deleitarnos con él…Quisiéramos “más espacio” cuando lo “bueno” nos parece “escaso” para gozarlo.
El tiempo emocional es el espacio más valioso. Con él adquirimos la armadura en la esencia personal; es un magnífico marcapasos que funciona para cada período vivido. Podemos alargar el tiempo si hemos de prolongar un disfrute, deleitándonos con el sabor que nos deja, a pesar de que en ciertas circunstancias, el amargor lidere el paladar de la existencia.
¿Somos dueños de nuestra vida? ¿Por qué no elegir los espacios que nos pudieran traer momentos de felicidad? ¿Por qué no rechazar las dificultades innecesarias que tanto nos frenan, ajustarnos a los que tenemos, y valorarlo? Demos libertad a los acontecimientos, y favorezcamos lo que nos pueda resultar útil y bueno para sentir plenitud en el espíritu.
Reciclemos los sentimientos del recuerdo. Elijamos aquello que nos “deje bien”, y abandonemos los que solo nos traiga negatividad.
Podemos elegir…¿Por qué no hacerlo?
Tú eres quien logra hacer crecer la raíz del árbol de «tú vida»…Regarlo con amor, con dedicación y paciencia, hará que seas «medianamente feliz» con aquello que elijas como bueno para ti. En tus manos está…
Precioso Pilo!!!… como siempre tan acertada. Recreémonos en los momentos hermosos y olvidemos aquellos que solo sirven para hacernos daño, aquellos que solo pueden servir para restarnos calidad de vida. No podemos malgastar nuestro tiempo… es tan escaso!!!
En nuestra decisión se encuentra la felicidad, es tan fácil…y a veces nos complicamos tanto!!!
Un beso inmenso AMIGA MÍA ♥