Un buen amigo, alguien a quien pude conocer como terapeuta, un grandísimo maestro de vida y de enseñanzas, me mostró que la vida no es lo que proyecta el futuro, ni tan siquiera un presente cercano, sino lo que «las próximas 12 horas» (como mucho), trazan ante nuestros ojos…Me indicó también, antes de partir hacia su destino final, cómo vivir reflejando amor en cada perfil de una sonrisa. Se marchó, porque el reloj de su vida se detuvo ante él, pero el recuerdo que dejó en mi cariño es imborrable. Gracias, Agustín.
Hoy estamos aquí, arropados por el manto de una tierra que nos protege de la muerte. ¿Mañana?… Solo el cielo lo sabe…(Entre el cielo y la tierra)
(Pilo)
«La vida es un cigarrillo
Humo, ceniza y candela…
Unos la fuman deprisa,
y algunos la saborean».
(Manuel Machado)