La felicidad bien pudiera ser un ramillete de flores…
Cada pétalo…la sombra de aquello que tú te propones…
Cada tallo, las metas que seguramente lograste…
Día a día intentamos regar de esperanzas el agua de nuestras ilusiones…
El sol de nuestros propósitos dará vida a cada suspiro vital que surja de nuestro interior…
Y si alguna vez marchitara una sola flor, busquemos tierra adecuada para enraizar colores nuevos en la mirada del corazón.