El FACTOR SORPRESA (FS) en la FIBROMIALGIA (F)

La Fibromialgia (F) y el “Factor Sorpresa” (FS) son compañeros de viaje; ambos se dan la mano mientras avanzan. Van estrechamente ligados, aunque nos moleste tal complicidad, tanta unión,  un tándem poco beneficioso para la salud.
En presencia del FS, hacer los típicos “planes” que las personas solemos hacer, ya sean a corto o medio plazo, es arduo osado. ¿Por qué? La respuesta es simple: porque realmente nunca se sabe si el objetivo será fallido o, por su contra, logrado.
En éste peculiar “juego de parejas”, en éste paseo conjunto de la F al lado del FS, comprobarás que tu mente y tu cuerpo, aunando fuerzas, ponen en la mesa la baraja de la voluntad, ésa que advierte la necesidad de “querer estar bien”, frente al poder del FS, quien, burlón, en la última jugada, sacará un AS de la manga para intentar derrotar al enemigo, séase tú, y tus posibilidades.
Sin remedio, y con más frecuencia de la que quisieras, caerás rendido frente al vencedor, el FS, quien, recurriendo a sus viles trampas, se adueñará de tus cartas vitales, a pesar de saber que tú juegas con las cartas al descubierto, visibles para todos, con nobleza y sin ocultar nada. Pero él no lo ve así, o…¿no lo quiere ver? No obstante, con las fuerzas residuales que te quedan, intentas apostar todo con un comodín: tu afán por lograr estar “medianamente bien”. En el fondo sabes que es lo que tú quieres, pero no lo que se le antoja al FS. Es entonces cuando se produce un inevitable desajuste que altera tu salud.
Frente al FS el dolor se torna intenso (limitante, incapacitante, anquilosante), haciendo acto de presencia cuando menos lo esperas. De pronto emerge, sin más, y lo más curioso es que NO va asociado a un determinado esfuerzo, ni a una mala postura. En absoluto…Es claramente espontáneo. Las personas que están contigo preguntan asombrados si has forzado un movimientos, o has hecho algo que “no debieras”, que te haya supuesto un sobre esfuerzo ¿Qué has hecho?, preguntan abriendo los ojos. Con idéntica cara de asombro, más  cierta dosis de impotencia, la respuesta tuya no se hace esperar ¡Nada!…
Lo cierto es que nunca sabes cuándo surgirá un cuadro de dolor agudo que te impida hacer “tu vida” medianamente normal. Es como si tuvieras que asumir “un parón” inmediato que te puede pillar en casa, solo o acompañado, en la calle, en el trabajo, o en cualquier otro sitio. Él es quien elige el lugar, la hora y el tiempo de “estancia” a tu lado. Indudablemente el FS va intrínsecamente unido a inseguridad. El “no saber qué, cuándo y porqué” no encuentra respuesta en el diccionario de la vida.
Te enfrentas al “FS” de la mejor manera posible, como tú solo puedes; inclusive con un ánimo aceptable. Es precisamente la sensación de miedo (o pánico) quien te empuja a asomarte por la puerta de la obligada “aceptación”. Pero sin poder hacer nada al respecto, notas que el FS “te puede” y “te vence”, se apodera de ti, al tiempo que duele el cuerpo, y más, duele el alma. Es evidente que te sientes rendido frente a él, y que no puedes hacer nada al respecto, e intentas “seguir” con tu cotidianeidad, con tus planes, con lo que “ibas a hacer”, adaptándote a tus limitaciones físicas, porque en el fondo piensas –o quieres creer-, que “pasará”, que solo necesitas tiempo para que se aleje ésa sombra de furia…Tú mismo te intentas animar, y hacer ver –sobre todo a ti- que “todo está bien”, en orden, que el ritmo de la vida puede proseguir, que no va a ser un mero aliado del dolor. Te convences de que no puedes consentir que se apodere de tus fuerzas sin más. No lo quieres, porque no es la opción que has elegido como óptima para justo “ése día”, y todos los que han de venir acompañados del FS. Pero en el fondo, aunque sepas la verdad, querrás la mentira piadosa para “salir adelante”. Es, sin duda, la que menos duele, la más compasiva.
NO preocupar a los tuyos ocupa uno de tus mayores esfuerzos (algunos lo denominan como “desgaste”. Seamos sinceros, a éstas alturas hay demasiados “desgastes”). Haces planes, y sigues creyendo que los puedes llevar a buen puerto, pero cuando te da la bienvenida el barco del “Factor Sorpresa”, con inflamaciones, y entumecimientos, te sientes amenazado y debes sobrevivir entre aguas turbulentas, como si quisieras seguir navegando por tu vida sin demasiados “hundimientos”, y “la amenaza del dolor” te lo impidiera. Es hábil poniendo estorbos para que tropieces…Las caídas son inevitables, pero levantarse es un esfuerzo que está en nuestras manos y que se consigue, aunque cueste. No lo olvidemos.
Y aparece la incertidumbre, el miedo, y el desagradable “susto” (en la Fibromialgia entendemos bien el significado de ésta palabra, SUSTO, porque es uno de los zarpazos de la enfermedad: los sustos repentinos, que no obedecen a causas supuestamente reales. El susto se hace notar a su antojo, y desestabiliza el equilibrio personal. Y comienzan las dudas en tu pensamiento…Realmente “el susto” activa la mente de manera inquietante)…
Pero aún así no quieres darte por vencido. Sientes que no te puedes rendir ante el “Factor Sorpresa” de esa manera, y más frente a su habilidad de reírse de ti cual bufón que es. Es un huésped mal educado que se expresa sin respeto, mediante la actitud egoísta que alimenta su fuerza…
Un simple paseo puede ser frustrado por dolores agudos en los pies (surgen supuestas “agujas” que pinchan la planta del pie; hinchazón en el empeine; crujir en las falanges de los dedos, y los temidos ¡calambres!). El zapato ya no es tu cómplice para pasear; tus pies tampoco lo son. De pronto, como por arte de magia, se inflaman las caderas, y la sacudida lumbar te paraliza el paseo. Ésa frase tan común en todos “los fibromiálgicos” toma fuerza: “ME DUELE TODO”…Ambas cabezas del fémur se sacuden de lado a lado negándote el movimiento. No queda otra solución que escuchar con detenimiento al cuerpo, y cambiar el paseo por el reposo. No es la mejor opción, desde luego, pero es lo mejor que podemos hacer.
Pero duele el implicar en ése reposo a quienes iban a disfrutar del paseo contigo, de una tarde de diversión, de una jornada agradable…Y te duele que los demás se fastidien también. Y aparece el temible “sentimiento de culpa”…¡Todo se junta!
No obstante, intentamos buscar otras opciones, aunque sea desde la perspectiva de un sofá, sillón o cama.  No se nos tiene que hundir el mundo, ni que se hunda el mundo para nadie…La mente, cuando los pies-piernas-cuerpo, fallan, es timonel del ánimo, quien nos hace navegar con pasos seguros. Digamos que es el mejor calzado para nuestro obligado reposo.
No por ello debemos dejar de hacer planes. No siempre surgirá el “Factor Sorpresa” para frenar nuestras acciones, y si surge, recurramos a ése calzado mental del ánimo para seguir paseando por la vida, para que quienes queremos paseen también a nuestro lado…
Sé que es difícil, que no es tarea fácil, pero…¿no dicen que la esperanza es lo único que no debiera perderse?
Viene el calor, y sabemos que las inflamaciones llegan también de su mano. Organicemos nuestro tiempo de ocio en horas que sean favorables para el cuerpo, cuando el calor no sea demasiado inquisidor. Y si hay que “detenerse”, parar, si no hay más remedio, habrá que hacerlo para poder estar “después mejor» (es algo que siempre me aconseja mi médico, el Dr Javier Rivera, y lo que he aprendido gracias a su sabio consejo. A él le agradezco muchas pautas de salud frente a la enfermedad) Quiero hacer hincapié en la importancia que tiene saber escuchar a «nuestro médico», quien mejor conocerá nuestra enfermedad, y quien sabrá también cómo escucharnos)…
Seamos estrategas del “Factor Sorpresa”, e intentemos convertirlo en nuestro cómplice. Engañarle, como nos engaña a nosotros, es una habilidad que aprendemos en su compañía.
A veces los días “interesantes” se cambian por jornadas de reposo obligado, sin que sea excusa para dejar de hacer “cosas interesantes” que suplan el día, o los días “interesantes” que habíamos planeado.
Pilar Cruz Gonzalez

Acerca de Pilo Cruz

No me gusta complicar lo que considero sencillo. Estoy en perpétuo estado de aprendizaje. Aún tengo muchos sueños por cumplir, y disfruto de los que ya soñé cuando anduve despierta. Aprendo cada día mirando a los ojos de quien me mira, escuchando palabras no habladas por mi, y sintiendo el sentir de los demás. Soy un aprendiz de la vida...

5 pensamientos en “El FACTOR SORPRESA (FS) en la FIBROMIALGIA (F)

  1. Henry Marfrafe

    Y convertido en FS te envio, con todo el cariño de amigo, un beso para cada «cabeza de femur» y otro mas fuerte para su dueña, mujer fuerte, sensible y siempre emprendedora aunque descanse una siesta, jejejeje. Vennnnnnnga ánimo y cuando aparezca don FS hay que disimular mirar para otro lado y jejejeje te engañe lo que me apetece hoy es estar «reposado» y con la mente a cientos de kilometros o centimetros, quien sabe muy lejos-cerca de aquí.
    Feliz día para tus lectores-seguidores. muack

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  2. ANGELES

    He encontrado tu blog de casualidad, y me alegro muchisimo. Creo que la fs me esta volviendo loca. Por eso me ha emocionado enormemente leer tu entrada por que has expresado de maravilla lo que siento.

    un abrazo

    angeles

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  3. Pilo

    Gracias por vuestras palabras…Me alegro infinito que lo que hayáis escuchado de estos sentimientos os haya llegado de alguna forma…Es un gusto caminar por el mundo de las palabras escritas tan bien acompañada con personas como vosotros…
    Gracias de todo corazón, Henry y Angeles.
    Un fuerte, cercano y activo abrazo.
    Cuidaros.

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  4. Nuria Moro Díez

    Hola guapa,

    Hoy he profundizado en la lectura de este artículo que escribiste sobre el demonio de FS y la F. Realmente eres de admirar. Creo que la sociedad necesita personas como tú, que enseñen muchas cosas vitales de la vida. Pienso que te deberías plantear hablar en público sobre estos temas. Ayudarías muchísimo a mucha gente con F o sin ella.

    Espero que más pronto que tarde se encuentre una cura para la F, o que haya un tratamiento que mejore tanto la calidad de vida que se pueda dar una patada al FS y mandarlo a….

    Bueno pues adelante y gracias por estar ahí. Gracias por enseñar tanto.

    Un abrazo enorme. Nuria

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  5. Isabel

    Me ha ido muy bien leerte, siempre se aprenden cosas nuevas de ésta enfermedad y sirve para darse cuenta que no solo la sufro yo . Gracias

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