Hoy estamos vivos…¡Aprovechémoslo!

¿Las nubes de las circunstancias no dejan ver la luz…Los silencios se escuchan cuando las palabras enmudecen…El sol brilla para quien puede percibirlo…?

Hay veces que una persona cercana nos comunica que su mundo se hunde, que no sabe cómo continuar, que le aprisiona el aire que debiera respirar. Y entiendo su actitud, su congoja, su verdad…No estamos exentos de compartir igual sentir.

La vida es demasiado sincera cuando los problemas nos arrinconan en una de las esquinas de la angustia. Queremos pequeños gestos sinceros, medias mentiras, esperamos no saber demasiado y comprender lo justo. Surge un miedo atroz ante una enfermedad física, frente a un ánimo caído, cegándose la sensación de que podemos seguir viviendo pese a las piedras que nos golpean sin piedad en el cuerpo y en el corazón.

Nadie disfruta de una vida plena, por mucho dinero que tenga, por un estupendo estatus social que posea. No nos engañemos. Todos tenemos “algo” que nos provoca preocuparnos y agobiarnos, que nos evita alegrías y nos regala desilusiones. Es lógico que así ocurra, porque somos humanos, y no estamos en la tierra para únicamente vivir arrojando rosas en el camino, sino para quitar las espinas de las mismas y poder sentir su fragancia. Una vez más es el equilibrio quien manda, quien dirige nuestros pasos, nuestros pies descalzos o armados con ése calzado que persigue el movimiento vital.…Hay días malos que quisiéramos borrar de la pizarra del destino. Jornadas que no debieran repetirse, pero que son recidivas. Experiencias que forman nudos en la cuerda de la libertad, que aprisionan el alma y lo cubren de pena…Es inevitable…

No me gusta quedarme con la pena, ni con la tristeza, intento ser vital por naturaleza y optimista frente al lienzo de la vida. Descubro las sombras y los colores que lo forman según la mirada que los perciba. Por ello, no quiero que leyendo esta reflexión penséis en lo negativo de las vivencias que corren por el manantial de la vida, sino buscar ésos destellos que ayudan a creer en lo bello que nos da la vida, aunque parezcan nimios.

Es bueno buscar en los cajones de las necesidades para sentirse “más o menos pasable”. No somos ricos, no somos perfectos, no somos bellezones, no tenemos poderes para cambiarnos a nosotros mismos, y menos al mundo…Pero sí podemos creer en nuestros propios cambios, en lo que podemos generar desde nuestro interior intentando captar la visión interna de lo que pudiera parecernos “positivo”…

Confiemos. Sepamos lo que nos viene “bien”, y lo que no debemos aceptar como válido para nuestro encuentro con la vida. Sé que es complicado, que cada persona lleva su propia cruz en la espalda, y que no todo es igual para unos y otros. Cada uno es dueño de su propia existencia y sabe lo “caro” que es poder vivir. Nadie nos regala nadie por el hecho de nacer y crecer.

Y, aunque las limitaciones sean claros espejos de las dificultades, cambiemos ése espejo que solo muestra lo que no nos gusta, por aquél que descubra lo más hermoso que tenemos.

Hoy vivimos. ¡Mañana, quién sabe!

¿SOMOS REALMENTE DUEÑOS DE NUESTRO FUTURO? NO LO CREO.

TAN SOLO VIVIMOS EL PRESENTE, Y LO HACEMOS COMO QUEREMOS, COMO PODEMOS O NECESITAMOS…Y POR MUCHO QUE ANSIEMOS VER EL HORIZONTE DE LA VIDA, ÉSTA UNICAMENTE NOS DEJA INTUIR LO QUE EL MOMENTO VITAL HA DECIDIDO SENTIR.

La vida es solo un momento…¡APROVECHÉMOSLO!