Trapecistas de la vida.
Vivimos en un circo de emociones. Payasos, trapecistas, domadores…malabaristas, que hacen lo imposible por, al menos, intentar que se les deje vivir en paz. Sin duda nos ganamos el pan con el esfuerzo que nos supone mantener la vida pendiente de un hilo, hacer reír cuando lo que necesitamos es llorar, engañando a nuestro interior para no entrar en una crisis personal, envuelta en papel de cronicidad. Domadores de contrariedades que nos abordan, que nos tienen encerrados en una limitada jaula, a expensas de quienes nos concedan “buena carnaza”, la acercada por la mano compañera, compresiva, que quiera y sepa escucharnos, que relaje nuestro “encarcelamiento emocional”. Una nariz, como elemento en un disfraz de payaso, nos protegerá de los golpes que a diario sufrimos por una sociedad que no se quiere ajustar a nuestras necesidades, por un entorno al que hemos de mostrar nuestra mejor sonrisa para que no nos deje en el más absoluto vacío solitario.
Subidos al trapecio de la vida nos acercamos al riesgo que conlleva simplemente vivir, de aceptar las dificultades como alfiler prendido al traje de payaso, o de mimo, el que protege nuestros sentimientos; el de malabarista, o de trapecista, el que llevamos desde que amanece el día hasta que la noche se acerca al sueño. En este caso, no somos espectadores pasivos que han de mirar tal “espectáculo”, somos participantes del circo de la vida, aquél al que hemos de dedicar nuestros mejores logros. Sabemos que leones los hay a nuestro alrededor, y no solo enjaulados, sino los que andan a su antojo obstaculizando nuestro paso por la complicada entrada de la puerta de la existencia.
Intentando ser buenos domadores vitales, logrando amansar a la fiera de los miedos, subidos a la cuerda de las dificultades, y sin mirar hacia abajo (el abismo que pudiera traernos mayores contrariedades), colocándonos una nariz de payaso, sabiendo reír con la luz con la que sonríe nuestro interior, y equilibrando las dificultades con las emociones, como buenos malabaristas que somos, conseguiremos disfrutar de “El mayor espectáculo del mundo”…
Escúchalo presionando el «play»
ei!
Pilo la vida en si ya lo es un espectáculo, somos meros interpretes en nuestro vivir, de niños, de jóvenes, de padres, de mayores, de abuelos, somos los mejores actores y en toda función al final BAJA el TELÓN y se acabó todo. Finalizo con esta deliciosa frase tuya.
«Intentando ser buenos domadores vitales»
si, amigo Josep…Hacemos malabarismos sobre una vida sin redes, mirando por dónde habremos de caer y solventando caídas en vano…
Y seguiremos siendo domadores vitales…
Un montoncín de besos.
Pilo!, te has salido… impresionante… para «submarinistas».
Me ha abrumado tu verdad, la forma y el fondo, pero sobre todo, me he sentido profundamente liberada del peso de ser «domadora» «payaso» «malabarista» y equilibrista» por un momento,… al sentir que no estoy sola. Mil gracias
YO SIN DUDARLO NI POR UN SEGUNDO, ME VEO COMO DOMADORA DE LEONES, PARA ASÍ CONSEGUIR LO QUE ME PROPONGA Y SER FELÍZ..:-)
UN BESAZO GUAPAAA, HA SIDO ESTUPENDO LEERTE Y ESCUCHARTE¡¡¡ MUUUAACCCKKK :-*
Que maravilla!
Quisiera pensar que la vida es un circo y de hecho hago todo lo posible por que lo sea, pero hay ocasiones en las que el cansancio y la desesperanza pueden con uno.
Aún así, leyendo estas cosas y participando de tus escritos me cargo con las mejores pilas alcalinas y reanudo mis queaceres con el mayor de los entusiasmos.
Gracias por compartir con nosotros estas maravillas.
Mi roja y enorme nariz de payaso es tuya…
GRACIAS!
Pilo
Nos ha encantado, un escrito lleno de metáforas, relacionadas con la forma de vivir la vida, con la forma de afrontarla. Yo particularmente me he sentido identificada, cuando leía «hacer reír cuando lo que necesitamos es llorar». Es curioso como cada día intento que tenga algo de humor, que cada día haya un plan positivo, que cada día tenga una experiencia para Raúl y para mi. Es curioso como hay veces, que se me cae la nariz de payaso, pero la recojo y me la pongo de nuevo para tratar de animarle, para tratar de animarme.
Sin palabras. Nos ha encantado escucharte porque transmites mucha paz, y a estas horas de la noche, viene muy bien para intentar relajarse y coger el sueño.
Un abrazo muy fuerte. Gracias por este regalo, ha sido estupendo. Nuria y por supuesto Raúl
Gracias Pilo por tus palabras y sentimientos llegan bien, sobre todo en aquellos días en que hacemos nuestro peor acto y el escenario es un desastre, o nos convertimos en sólo espectadores de nuestra propia vida.. pero nada… arriba el telón la función continua… abrazo
son